Me aburro de mí misma, y eso que no sé ni si eso es posible.
Ya no me molesta la rutina de clase-comer-estudiar-dormir, me es indiferente.
Todo me es indiferente. Las cosas más entretenidas me aburren y las más
monótonas me distraen dentro de lo posible. No sé cómo explicármelo, la verdad.
Porque de eso se trata, de que lo entienda yo, no los demás. ¿Sabéis lo que es
echar la vista atrás y que el último buen fin de semana que recuerdes sea de
hace varios meses? ¿Que en todos los demás el plan sea salir, beber, fumar y
volver a casa? De ahí que haga tantísimas semanas que no salgo; para amargarme
no necesito drogas.
¿No se supone que esta es la mejor etapa de mi vida? Pues si
esta es la mejor no quiero ni saber cómo será la peor. No pido una vida fácil, de
película, pido objetivos, un solo objetivo; algo que, cuando lo mire, me haga
decir “va, voy a currármelo y a darlo todo de mí”, algo que me haga seguir
adelante y dejar esta mierda de tedio de hacerlo y dejarlo todo a medias. Sé
que no sacaré más que unas mediocres notas que, espero, sean suficientes para
entrar a cualquier universidad, ya me da igual dónde. Sé que jamás llegaré a
trabajar de lo que realmente me gusta, ni llegaré a hacer todas las cosas que
me gustaría llevar a cabo antes de morir, me conformaría con algo de un mínimo
valor que me haga levantarme y decir “allá voy”. Creo que me estoy acostumbrando demasiado a aceptar lo que viene sin pelear. Esto me recuerda un poco al héroe que luchó por salvar a la heroína equivocada y acabó cayendo él.
Confío en que todo vuelva a ser tan fácil como cuando 'How to save a life' era la
BSO de Anatomía de Grey.