Recuerdo momentos idénticos a este, escribiendo con el sol a
mi espalda, con moratones aún recientes de algún concierto de pueblo mientras
el móvil no para de vibrar conspirando futuras borracheras. Recuerdo cigarros
en el balcón llevando esta misma camiseta mientras suenan los mismos acordes de
fondo. Recuerdo palabras escupidas con la misma desgana, el mismo ruido de las
olas llegando a la costa y el mismo viento que trae consigo el olor salado del
mar. Recuerdo los mismos planes alocados pero con diferente destino, los viajes
a ninguna parte y los helados en primera fila de playa de algún pueblo cuyo
nombre ni recuerdo. Heridas en los pies de caminar descalzos por las rocas,
cervezas interminables, conversaciones eternas. Compañeros de fiestas que cambian
verano a verano, fotos que nunca verán la luz del sol y sol que poco a poco nos
va dorando la piel.
Y que no nos fallen nunca las gafas de sol en la cabeza.