viernes, 21 de septiembre de 2012

Ley de imposibilidad del fenómeno.


Podría pintarme lágrimas en los ojos y ser la niña más triste de toda la ciudad. Podría pintarme los labios rojo Monroe y esbozar la más bonita sonrisa jamás vista. Puedo arrancarme la máscara y dejar ver la fría, helada, indiferencia que hay tras ésta sólo para volver, otra vez, a ser la niña más triste de toda la ciudad.


“Bienvenidos al baile de máscaras, al desfile de los cuerpos sin almas...”

lunes, 3 de septiembre de 2012

Factor X


Siempre he creído en la magia, en los vampiros, en los hombres lobo; que existe un panteón de dioses que se pasan el día peleando, que las druidas unen el destino de cada persona con otra, ya sea hermano o desconocido, y que Artemisa y su mala hostia un día harán que el mundo acabe. He creído en un mundo paralelo al nuestro, donde pasan cosas que jamás podríamos llegar a imaginar. Que existen cosas como viajar en el tiempo modificando las partículas del aire, cuchillos y dagas mágicas capaces de atravesar cualquier cosa y que se es capaz de volar o caminar sobre el agua.

Quizá “he creído” no sean las palabras más apropiadas, es mejor decir “quiero creer”, porque sé que todo eso no es cierto, que es demasiado irreal, fruto de un grupo de personas y su desbordada imaginación, pero cuando no hay nada más en qué creer siempre queda eso. Porque no me entra en la cabeza que el mundo en el que vivimos sea tan malo como se ve a simple vista, tiene que haber cosas buenas, algo que lo haga mejor. Así que, como no lo encuentro, esto es mi “algo bueno”.

Uno de mis sueños es escribir un libro. Pero no un libro cualquiera, eso puede hacerlo casi todo el mundo, si no un libro que haga, aunque sea a una única persona, imaginar que existe un mundo paralelo al nuestro en el que habitan seres extraídos directamente de mi imaginación. Un mundo donde todo es posible.

“El hombre del siglo veintiuno piensa que tiene mejor criterio. Que no hay magia en este mundo. Ningún ser de otro mundo vendrá tras él. Su ciencia se ha convertido en la nueva magia y algo así como la gente antiguamente, creen equivocadamente que eso los protege.
Que los dioses los ayuden el día que se enteren de la verdad, de cómo funciona este universo en realidad. Les deseo ingenuidad eterna,(…). Las personas necesitan sus sueños, sus falsas ilusiones. Platón estaba en lo correcto. Las imágenes en la pared son mucho más fáciles de sobrellevar.”
–Diario de Acheron (2003), Sherrilyn Kenyon