martes, 2 de septiembre de 2014
domingo, 1 de junio de 2014
El gusto por las noches de biblioteca, el beber más Monster que agua, el ir a casa exclusivamente a dormir, el pasar más horas con mi compañera de estudio aka compañera de raves que con quien vivo, las ojeras de la gente con el mismo ritmo de vida frenético, el no tener tiempo ni para respirar pero sí para escaparme de la cárcel para ir a por unas cervezas, los chanchullos para conseguir sitio con enchufe, el sacar apuntes de hasta debajo de las piedras, los ojos rojos de las incesantes horas delante de la pantalla y el encontrar planos y bocetos por todas partes.
Horarios cambiados, café de máquina, colas para calentar la cena en los microondas de la universidad, ver amanecer desde una incómoda silla de plástico, fumar como un carretero, volver a casa en bici a las tantas de la mañana, mismos temas de conversación, confundir los sábados con miércoles y los jueves con domingos; sonrisas de ánimo entre desconocidos que comparten tedio. Me está volviendo a pasar.
23 días, para bien o para mal.
lunes, 17 de marzo de 2014
-¿Se refiere a si ambos nos corremos? Sí. No siempre al mismo tiempo pero sí; el clímax no es un problema para ella.
-¿Y ambos confiáis en las mismas posturas una y otra vez?
-A ella le gusta mezclar posturas, pero generalmente empezamos siempre igual, ya sabe, conmigo haciéndole sexo oral y calentándola. Ella no es tímida, me dice si tengo que ir más rápido o cuánto tiempo centrarme en un lugar concreto (...). A veces le gusta cuando medio salgo, cuando apenas estoy dentro y se mece contra mí para tenerme más adentro. Tal vez no debería estar hablando de esta mujer en particular, ella no es la norma. Si quiere entender lo que se siente la mayor parte del tiempo cuando estoy en la cama con una chica entonces esto no es.
-¿Y por qué es eso?
-Porque esta es diferente, se conoce a sí misma. Sabe lo que le gusta. Ella te lo dirá, y ella quiere que tú le digas lo que quieres que te haga, lo que sea tu fantasía, lo cual es una fantasía en sí mismo, ¿verdad? Se lo estoy diciendo, doctor, esta mujer... es mágica.
miércoles, 12 de marzo de 2014
Cuántas lágrimas vertidas, cuántas noches increíblemente divertidas.
Hablemos de las dos y cinco del mediodía y salir riéndonos de la Plaza del Ayuntamiento tras un intento fallido de vender cerveza en la mascletà; hablemos de los doce litros de cerveza después de saltarnos la clase de Geometría Descriptiva. Hablemos de noches enteras hablando, de no notar el paso del tiempo ni las ganas de fumar, del sueño decreciente y la sonrisa creciente; hablemos de lo bonita que es mi vida, de lo bonita que habéis hecho mi vida.
Hablemos de la independencia, del paso del tiempo y de cuánto te voy a echar de menos durante este año; de cómo voy a intentar mantener las lágrimas el sábado en el aeropuerto y voy a llorar en el metro de vuelta a casa cuando nadie me vea. Hablemos de festivales de música convertidos en fines de semana de locura incontrolable. Hablemos de que me he acostumbrado a llevar un pintalabios en la riñonera, porque los besos que dejan marca siempre son mejores.
Quizá me estoy adelantando a los hechos, pero..., simplemente "pero".