lunes, 1 de mayo de 2017

Como quien pide tabaco

   Me jode que hayamos hecho trizas todos los castillos que construimos en el aire, que ahuyentáramos a todos los dragones buenos y quedaran sólo las Princesas malas, que haya comenzado a llover y nos manchemos los pies de barro en el reino que construimos durante todas esas conversaciones de cama en las que además de salvar el mundo lo recorríamos, yo volando en bicicleta y tú llamándome desde un taxi, como diría Iván Ferreiro.
   Quizá no valíamos como guionistas de la historia del Príncipe y la Princesa; quizá intentamos abarcar mucho y nos estalló la burbuja, los protagonistas del cuento dijeron 'ya basta' y se rebelaron contra nosotros. Quizá nunca fuimos los escritores de esta novela porque era una obra sobre víctimas y no de culpables. Tal vez nunca llegamos a comprender la magnitud de lo que habíamos creado. Porque claro, a ti nunca te gustó el pop-rock de los 90 y a mí me encantaba repetir una y otra vez los versos de Carlos Chaouen como quien pide tabaco.