lunes, 17 de marzo de 2014

-¿Son las relaciones siempre una experiencia gratificante para usted?
-¿Se refiere a si ambos nos corremos? Sí. No siempre al mismo tiempo pero sí; el clímax no es un problema para ella.
-¿Y ambos confiáis en las mismas posturas una y otra vez?
-A ella le gusta mezclar posturas, pero generalmente empezamos siempre igual, ya sabe, conmigo haciéndole sexo oral y calentándola. Ella no es tímida, me dice si tengo que ir más rápido o cuánto tiempo centrarme en un lugar concreto (...). A veces le gusta cuando medio salgo, cuando apenas estoy dentro y se mece contra mí para tenerme más adentro. Tal vez no debería estar hablando de esta mujer en particular, ella no es la norma. Si quiere entender lo que se siente la mayor parte del tiempo cuando estoy en la cama con una chica entonces esto no es.
-¿Y por qué es eso?
-Porque esta es diferente, se conoce a sí misma. Sabe lo que le gusta. Ella te lo dirá, y ella quiere que tú le digas lo que quieres que te haga, lo que sea tu fantasía, lo cual es una fantasía en sí mismo, ¿verdad? Se lo estoy diciendo, doctor, esta mujer... es mágica.

miércoles, 12 de marzo de 2014

Cuántas lágrimas vertidas, cuántas noches increíblemente divertidas.

Hablemos de noches inimaginables bajo un cielo de marzo iluminado por una colorida pirotecnia. Hablemos de falta de horas y exceso de ganas; de euforia. Hablemos de reencuentros con viejos conocidos y de abrazos a desconocidos. Hablemos de bailar hasta bien entrada la mañana y aún continuar con el ritmo en el cuerpo pasadas las ocho. Hablemos de ti y de mí, del humo de marihuana flotando sobre nuestras cabezas y un par de botellas de vino tiradas en el suelo de cualquier manera.

Hablemos de las dos y cinco del mediodía y salir riéndonos de la Plaza del Ayuntamiento tras un intento fallido de vender cerveza en la mascletà; hablemos de los doce litros de cerveza después de saltarnos la clase de Geometría Descriptiva. Hablemos de noches enteras hablando, de no notar el paso del tiempo ni las ganas de fumar, del sueño decreciente y la sonrisa creciente; hablemos de lo bonita que es mi vida, de lo bonita que habéis hecho mi vida.

Hablemos de la independencia, del paso del tiempo y de cuánto te voy a echar de menos durante este año; de cómo voy a intentar mantener las lágrimas el sábado en el aeropuerto y voy a llorar en el metro de vuelta a casa cuando nadie me vea. Hablemos de festivales de música convertidos en fines de semana de locura incontrolable. Hablemos de que me he acostumbrado a llevar un pintalabios en la riñonera, porque los besos que dejan marca siempre son mejores.

Quizá me estoy adelantando a los hechos, pero..., simplemente "pero".