lunes, 12 de septiembre de 2011

Just Dance.

Era pronto para todo, tarde para cambiar.
Tres días, en tres días vuelta a la rutina.
Levantarme, apagar el despertador, encender el móvil, volverme a dormir, despertarme 5 minutos después, vestirme deprisa y corriendo, lavarme la cara, peinarme, coger algo de almuerzo y una galleta para el camino, coger la mochila, ponerme los cascos e irme. Cinco, seis, siete horas subiendo y bajando pisos por dentro del instituto, dibujando, escribiendo, corriendo por no llegar tarde a cada clase. Las dos, vuelta a casa, comer, mirar la tele, alemán, matemáticas, clases, lo que sea, volver a las 8 o 9 de la noche, abrir la mochila, mirar si hay algo para hacer y cenar. Mirar lo que sea que hagan por la tv, leer y dormir. Levantarme, apagar el despertador, encender el móvil, volverme...
La rutina.

jueves, 1 de septiembre de 2011

Dices que a veces no comprendes que dice mi voz, ¿cómo quieres que esté dentro de tu ombligo?

Y arriba Extremoduro.

Sueña que sueña la estrella, siempre en estado de espera.

Vuelve a coger la botella, pasa las noches en vela. Cinco días, seis, siete, ocho, nueve días. ¿Que qué pasa en esos días? Nada, son simples números que me han pasado por la cabeza, si pasará o no algo ya no lo sé.
Sus soldados son flores de madera; su ejército no tiene bandera, solo un corazón.