jueves, 26 de julio de 2012

Yo hago, tú haces, él hace, ella hace...


Me quedan escasas horas de estar por aquí, así que he decidido escribir la última entrada probablemente hasta septiembre, que es cuando volveré. Volveré a Blogger, eso seguro, ya que dije un día que no pensaba abandonar este blog y no planeo hacerlo; lo que no sé es si volveré a todo lo demás, y con esto me refiero al conjunto de redes sociales.

¿Que por qué esto merece una entrada de blog? Primera y principal porque es mi blog y escribo lo que quiero, cosa que muchos de vosotros parecéis olvidar. Yo con mis cosas hago lo que quiero, igual que cada cual con las suyas. Como demás razones tenemos el que os creéis personajillos, algo así como avatares con una personalidad y una forma de pensar concretas, pero olvidáis que sois simples humanos, tan simples como tú, lector, o como yo; huesos, agua y carne. ¿Qué ganáis manteniendo esa fachada? ¿Os dan un premio, entradas para el cine tal vez? Si es así me apunto, pero no parece ser el caso.
Luego tenemos el caso de los que todo lo tienen a través de un ordenador: pareja, mejores amigos, etc. Tenéis todo el derecho, nadie os lo priva, pero yo, personalmente, dentro de dos o tres años ni siquiera me acordaré de la gran mayoría de la gente que he conocido aquí, porque sois eso, gente que he conocido aquí y nada más, porque no seréis los que me ayudéis cuando tenga un problema, lo serán mis amigos, los que siempre han estado conmigo, e imagino que no seré la única que piensa así. Que no niego que no se puedan hacer amigos, yo misma admito que he hecho amigos, concretamente dos, a pesar de la cantidad de gente con la que hablo, sólo a dos personas las considero “amigos”, y tampoco creo que vayan a ser para siempre, a pesar de lo pesimista que pueda sonar.

A pesar de lo duro y superficial que pueda sonar, sois mero entretenimiento, somos mero entretenimiento unos para otros: nos reímos, hablamos de banalidades y pasamos el rato, pero poco más.
Me da pena que la sociedad haya llegado a esto, sinceramente. ¿Dónde ha quedado el ir a conocer amigos a… el parque, cine, donde sea? En la calle. Ahora no, no sabemos movernos fuera de la red que es internet; conocer a una persona con un “eh, te tengo en tuenti”, o despedirte de otra con un “sígueme en twitter cuando llegues a casa”. Somos lo que nos hemos buscado, y digo somos, incluyéndome, porque yo también lo hago, dependo de redes sociales como la mayor parte de los jóvenes de hoy en día.

Como conclusión de todo esto saco que si no estás en las redes sociales no eres nadie, y os invito a comprobarlo. Bloqueaos tuenti unos meses, borraos twitter y no entréis a facebook, MSN o skype, veremos dónde quedan la mayor parte de esos supuestos amigos que decíais tener. Sólo os quedarán los que sean amigos de verdad.

Sólo quería dejar mi opinión, le importe a alguien o no, porque como ya he dicho es mi blog y publico lo que quiero, me alegraré de saber que lo habéis leído, pero si no lo hacéis es cosa vuestra.
Pasad un buen verano, yo lo intentaré.

sábado, 14 de julio de 2012

Miss mentiras.


Mentir es un arte. Pero no uno de esos tipos de arte fácilmente apreciables, que te quedas mirando y sonríes. Es uno de esos artes difíciles de captar a simple vista, difíciles de realizar y en que cuanto más tardes en darte cuenta de que ha sido creada –la mentira- más éxito habrás tenido.

Diez, cien, mil…, seguro que más. He dicho millones de mentiras en esta vida, algunas necesarias, otras no tanto. A veces pienso en qué haría si tuviera la oportunidad de retirar mis mentiras a cambio de decir sólo verdades. Y pienso, pienso que no lo cambiaría, tal vez por miedo, tal vez por cobardía, porque las verdades duelen.

Alguien dijo que no siempre es mejor saber la verdad, ahora le creo, pero también creo que las mentiras no son necesarias para todo. Una mentira no justifica otra, al igual que una verdad tampoco justifica otra; sólo la verdad justifica una mentira.

Si lo entiendes es todo muy sencillo, como un juego de críos. En este juego sólo jugaríamos nosotros dos, tú contra mí, tú conmigo. 

Es un juego algo particular, puesto que no hay ganador; si tú ganas yo gano, y viceversa. A diferencia de esto, yo pierdo cada vez que hablamos. Pierdo al intentar no hablarte y no conseguirlo, pierdo al mostrar más interés en ti del que tú muestras en mí, pierdo un poco más a cada palabra.
Llámame niña pequeña que no soporta perder, el nombre que me des es ya lo que menos me importa, sólo sé que quiero ganar, porque así ganaremos los dos.


martes, 10 de julio de 2012

Filosofía.


Una de las pocas cosas que recuerdo de mis clases de Filosofía era la división de almas que hacía un filósofo cuyo nombre ni me acuerdo. Separaba las almas de las plantas de la de los animales y los humanos argumentando que la primera sólo necesitaba alimentarse, reproducirse y crecer; alma vegetativa creo recordar que se llamaba. En cuanto a la segunda, alma sensitiva, necesitaba lo mismo que la primera añadiendo la aparición de la sensibilidad y el movimiento. Y la última, la racional, añadía además la llamada “intelectualidad”, que caracteriza a los seres humanos.

Tal vez esto, aparte de algo más sobre el concepto de democracia y la utilidad de la religión, sea lo único que he aprendido en una clase que, cuando no durmiendo, me pasaba mirando por la ventana.

¿Que a qué viene esto? No lo sé ni yo, sencillamente me ha venido a la cabeza.

Y cada día al despertar despiertan raíces que se mueven, buscando algún otro lugar.