martes, 3 de febrero de 2015

Hay un paraíso en cada cielo y un Dios en cada hombre.

"La primera vez que leí a Emma Goldman no fue en un libro; tenía dieciséis años y hacía autostop por la frontera de Nevada.
Había una leyenda pintada en un muro, en rojo. Cuando vi aquellas palabras fue como si alguien me las hubiera arrancado de dentro de la cabeza:
<<El anarquismo defiende la liberación de la mente humana ante el dominio de la religión, la liberación del cuerpo humano ante el dominio de la religión, la liberación del cuerpo humano ante el dominio de la propiedad, la liberación ante los grilletes y las ataduras del gobierno; defiende el orden social basado en la libre agrupación de los individuos>>.
El concepto era puro, simple, verdadero. Me inspiró. Azuzó un fuego de rebeldía pero, al final, aprendí la lección que Goldman, Proudhon y los demás aprendieron: que la verdadera libertad exige sacrificios y sufrimientos. La mayoría de los seres humanos sólo creen que quiere la libertad, pero la verdad es que anhelan la comunión del orden social, las leyes rígidas, el materialismo. La única libertad que quiere realmente el hombre es la libertad de sentirse cómodo".