sábado, 2 de febrero de 2013

-Alright, she will carry on-


Eh, ¿te conozco? Ah, sí, ya me acuerdo de ti, yo solía quererte. También solíamos ser amigos, nos contábamos todo lo que dos críos de 15 años pueden contarse mientras nos fumábamos cigarros creyéndonos los más malos de este planeta. ¿Qué es de tu vida? Espera, ¿por qué debería importarme? ¿Acaso la mía te importó alguna vez? No, claro que no, a ti sólo te importaba una persona, y obviamente no era yo; espero que no sigas tan estúpido. No has cambiado nada, sigues con la misma carita de no haber roto un plato en tu vida, pero a mí ya no me engañas, que aunque creas que jamás llegué a conocerte sí llegué a ver qué se esconde tras esa mirada triste y verdosa con esa particular chispa de rebeldía. ¿Te sorprende que todavía recuerde el color de tus ojos? Que tengo buena memoria es algo tan característico de mí como el tono de mi piel, pero a ti jamás te importó ni un ápice nada que no tuviera que ver contigo.

Aunque no lo creas me ha alegrado saber de ti, pero sólo un poco, por saciar la curiosidad; pero ya se sabe: la curiosidad mató al ratón, y yo podría haber vivido en paz con ésa eterna duda.



No hay comentarios:

Publicar un comentario