viernes, 30 de marzo de 2012

Hasta decir basta.

Tener miedo a fallar, pero también a la perfección. Vivir sin querer hacer daño a los demás, pero envidiando que sean felices. Querer ser feliz por encima de todo pero sentirte egoísta por valorar tu felicidad por encima de la de otros. Vivir olvidando el futuro y recordando el pasado. Beber sin miedo a la muerte y salir a la calle con miedo de ésta.  Expresar tu opinión e impedir que los demás expresen la suya. Vivir libre, tan libre como un pájaro encerrado en una jaula. Expresar con palabras lo inexpresable. Encontrarte conflicto tras conflicto, y sortearlos a tu manera. Gritar ‘libertad’ sin conocer el significado de esta, y sentirte oprimido cuando eres libre. Pintar como forma de vida; dibujar como método de creación. Hablar para desear ser mudo, oír para desear ser sordo. Ver para desear observar, absorber cada detalle del mundo y retenerlo en tu memoria. Olvidar lo aprendido y recordarlo años después, uniendo las piezas como si de un complejo puzle se tratara. Construirte a ti mismo partiendo de pedazos. Vivir queriendo morir. Morir habiendo vivido. Suspirar sin voz, nadar sin brazos. Volar sin alas. Aferrarte a tu propia sombra por miedo a que se vaya, como uno más. Pero al mismo tiempo, querer dejarla libre para que sea feliz. Arrancar una rosa con las manos desnudas y pincharte con sus espinas, para aprender una lección de humildad. Dibujar sonrisas en rostros ajenos y luego no saber hacer otra cosa que copiarlas, meras imitaciones, nada duradero. Tragarse el orgullo para acabar ahogándose con él. Morderse la lengua hasta sentir el regusto metálico de la sangre. Engancharse a las cosas malas de este mundo y no querer saber nada de las buenas. Producirnos dolor a nosotros mismos, realizando acciones de las que más tarde nos arrepentiremos. Llorar por otros y no ser capaz de llorar por ti mismo. Sentir el sabor salado de una lágrima que baja por tu cara cual piedra rodando por una montaña, sin parar hasta encontrar algo que la obstaculice. Haberlo visto todo menos a ti mismo. Soñar dormido pero no despierto. Convertir las metas de otros en las tuyas propias, haciendo así que sean las de todos. Odiar el frío y añorar el calor, para luego ducharte con agua fría. No creer en gnomos pero sí en historias perfectas de película de Hollywood. Ocultar partes de ti mismo para que los demás no las descubran, y olvidarte tú mismo de ellas. Hacer reaparecer tu yo del pasado, el cual prometiste no volver a ver. Engancharse a un sentimiento.
Dibujar sin goma de borrar, y vivir a toda velocidad.

6 comentarios:

  1. "Ocultar partes de ti mismo para que los demás no las descubran, y olvidarte tú mismo de ellas". Cuánta razón. Así he perdido mi personalidad yo.

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    1. Y como tú mucha más gente, entre la que también me incluyo. Qué triste.

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  2. Lo digo en serio. Hace dos años era completamente diferente. Hablabas conmigo y flipabas. Ahora... bah. Además de que me he vuelto pasota.

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    1. Lo mismo digo, sólo que yo hablo de principios del año pasado. Sí, sobretodo eso, pasota, aunque también asco, asco a todo lo que hago. O eso o una mirada de desprecio, y no puedo evitarlo.

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  3. Como te entiendo. Yo lo mismo desde enero 2011 he ido cambiando drásticamente. Y no, no para bien. Me doy MUCHO asco.

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    1. Yo tampoco para bien, todo lo contrario (es más, creo que tengo por ahí alguna entrada respecto a eso), y encima de ir a peor he perdido a muchísima gente. He ganado a otra, pero he perdido a más.

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