sábado, 7 de abril de 2012

Soy una más.

No estoy nada inspirada, pero quería escribir algo.
Todo lo que publico son quejas, lo sé, pero tampoco tengo nada por lo que alegrarme. ¡Ah, sí! Ayer pasé una buena noche. Una después de… una después de muchísimas. Noches largas, escuchando las mismas canciones una y otra vez, dándole vueltas a los mismos pensamientos una y otra vez.
No quiero seguir así. No quiero estar así. Pero no sé cómo evitarlo.  Aunque tampoco sé si quiero evitarlo, porque a veces cambiar puede significar olvidar. Y a mí no me gusta olvidar, sean buenos o malos recuerdos, no quiero olvidarme de ellos, porque los recuerdos, recuerdos son. Siempre pueden aportar algo. O hacerte ver después de un tiempo lo gilipollas que has podido llegar a ser en un momento dado. Quién sabe.
 Otra vez el techo y la apisonadora,
otra vez el frío y el invierno son preciosos.
Sembramos tempestades para recoger
dos noches y una habitación de hotel,
la cita clandestina de año nuevo,
un baile que no quise conceder.

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